La naturaleza de la deuda griega, el robo usurario del capital financiero a la sociedad

Imprimir
Julio-Agosto 2015

En el sistema capitalista, el sistema financiero y el dinero es como la sangre que le hace vivir. Y como vampiro el capital se nutre del trabajo humano. Al convertirse el dinero en capital se apropia de la plusvalía de las clases trabajadoras y con el desarrollo del capitalismo este se hace más y más parasitario del Estado y más y más usurero. En la medida de que la tasa de beneficio cae irremediablemente en los sectores productivos, los préstamos, la especulación y la usura es el medio de obtener ganancias siempre a costa de las clases populares. La deuda pública ha sido desde los comienzos del capitalismo una palanca de acumulación de capitales en manos de la burguesía y gracias a los Estados. Lo que vive hoy Grecia, no es más que el natural - por así decirlonegocio usurero de la banca a través de los gobiernos y del Estado a costa del pueblo trabajador. Algo que ocurre en mayor o menor medida a todos los países capitalistas.

Cronología de la deuda pública griega.

Grecia tenía una deuda pública del 109,3% del PIB antes del 2008 al estallar la crisis, a comparar con la media europea: un 78,9%. El negocio de la deuda mantenía pingües beneficios de los especuladores financieros con la deuda pública debido al gasto en los presupuestos militares, la olimpiada de 2004, las subvenciones a las grandes empresas que no pagaban impuestos etc. Estos especuladores financieros fueron fundamentalmente los grandes bancos franceses y alemanes sin despreciar a los españoles - como no el Banco de Santander y el BBVA-. Al igual que ocurre hoy, el BCE vendía a precios bajos los euros a los grandes bancos para que estos prestaran a intereses usurarios a los Estados.

La llegada de la crisis impulsó el miedo a no cobrar de los bancos. El anuncio, en octubre de 2009, del primer ministro griego de que el déficit del Estado era del 12,5% del PIB y no del 3,7% hizo que el dinero empezara a huir temiendo el impago griego. Más tarde se supo que el banco norteamericano Goldman Sachs había hecho, junto al gobierno de Grecia, las falsificaciones pertinentes jugando y especulando con otras monedas para presentar los presupuestos del Estado con un déficit menor del que en realidad tenía. Toda una ingeniería contable al servicio de un gobierno corrompido por el sistema financiero. Los grandes especuladores buscaron salvar sus ganancias e inversiones llamando a sus lacayos, los gobiernos de la UE, y a sus alguaciles del FMI, BCE y la Comisión Europea, la llamada Troika.

Entonces se creó el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera por el cual los estados de la UE se comprometían a garantizar la deuda con avales hasta un máximo de 726.000 millones de euros.

Intoxicaciones y manipulaciones de opinión.

Los engaños de los gobiernos y de los representantes de la UE y del BCE son continuos. Sobre todo cuando hablan de que hay que ser responsables y pagar las deudas. ¿Las deudas hay que pagarlas? Sí, pero nunca los grandes capitalistas. El pueblo griego pagó y paga con recortes, miseria y pobreza al igual que el resto de los trabajadores europeos.

En 2010 ya se sabía que la deuda era impagable. Los bancos europeos fueron vendiendo sus bonos de deuda griega a los Estados y al BCE, sin perder un euro de beneficio. Así llegaron a 2012 libres de cargas ya asumidas por los Estados y sin riesgo. Fue en ese año que se reestructuró la deuda griega. Ya eran los Estados, es decir todos los europeos, los que se habían quedado con miles de millones de los bancos privados haciéndoles el negocio. Salvaron a los bancos, le hicieron el negocio a costa de la población.

Así que el Fondo de Estabilidad se utilizó para salvar a los bancos, exigir intereses usurarios y mantener ahogado a los helenos. Tras sucesivas reestructuraciones de la deuda los intereses no han dejado de subir respecto al PIB, y la deuda a pesar del sufrimiento de los trabajadores, jubilados y clases populares griegas no ha dejado de subir.

En definitiva el capital financiero siempre gana con sus lacayos, los gobiernos que como bien dice el Manifiesto Comunista no son más que el consejo de administración de los negocios de los capitalistas que hacen pagar a las clases trabajadoras y populares de Europa las crisis provocadas por el capitalismo. Ya es hora de convertir la indignación en expropiación de los bandidos capitalistas. Pues en definitiva solo la expropiación del sistema financiero europeo, con un banco público europeo al servicio de la sociedad y en manos de los trabajadores es la única salida para impedir el sufrimiento y la explotación de los pueblos.