Racismo, antiinmigrantes y xenofobia: justificaciones para la explotación obrera

Abril de 2025

Las migraciones han sido una constante en la historia de la humanidad y en nuestro país, la clase trabajadora ha tenido que emigrar desde tiempos inmemoriales. Emigrar significa buscarse un trabajo y tener una vida digna. Los andaluces, extremeños, gallegos… lo saben muy bien.

Hoy vemos como miles de personas de Latinoamérica y África llegan a nuestras ciudades para trabajar y poder subsistir. Según las estadísticas, en diciembre de 2023 vinieron 2.645.755, ascendiendo el total de asalariados a 20.733.042 personas, es decir el colectivo trabajador emigrante está en un 12,76 %. Este mismo porcentaje (12,66%) de emigrantes hay con respecto a la población total española de más 48 millones de habitantes. Esto significa que la migración es, fundamentalmente, clase trabajadora, asalariados que trabajan a las órdenes de un empresario. Ni son ricos ni explotan a nadie.

Sin embargo, para la extrema derecha y derecha, Vox y PP por mencionar tan solo a los partidos parlamentarios, la inmigración es una fuente de problemas que hay que erradicar eliminando la “emigración ilegal”. La extrema derecha mundial, Trump, Meloni, Orban…, utilizan el mismo argumento uniendo “emigración” con delincuencia o culpando a los emigrantes de “quitarnos el trabajo” porque aceptan cobrar menos. ¡Como si muchos trabajadores “nacionales” no se vieran obligados a lo mismo, por no hablar de los jóvenes! Las derechas atacan por la nacionalidad, o por el color de la piel. Es la xenofobia y el racismo al servicio de la gran patronal. No se acuerdan de todos nuestros jóvenes que trabajan en el extranjero, o mejor aún, del Borbón ladrón, o de aquellos capitalistas ricachones como los dueños de Mercadona y Zara que han hecho sus fortunas explotando a trabajadores de aquí y de allí, de todas partes, y se llevan el dinero a paraísos fiscales.

Plantear que las migraciones regulares o irregulares son un problema es un error que beneficia a la patronal. El problema es el sistema económico que provoca que millones de personas tengan que salir de su país para tener un futuro digno.

Según las estadísticas más recientes [Informe sobre las migraciones en el mundo 2024 OIM], en el mundo hay alrededor de 281 millones de migrantes internacionales, lo que equivale al 3,6 % de la población mundial. Son, en su mayoria, trabajadores; se calcula que hay 169 millones de trabajadores migrantes internacionales en el mundo, el 48,1% de los cuales son mujeres.

Es la sociedad capitalista y su oligarquía burguesa a la que le interesa echar a los trabajadores a pelear, a dividirlos entre trabajadores nacionales y emigrantes, pues la ganancia de las empresas sale del trabajo de los millones de asalariados explotados.

Y si hay gente en condiciones precarias, los salarios son menores y las ganancias mayores. Este es el quid de la cuestión. Van a ganar más dinero con salarios más bajos y los emigrantes son la carne de cañón para la patronal porque son los más débiles.

La clase trabajadora no puede caer en la trampa de la extrema derecha que, financiada por los grandes capitales, quieren a los trabajadores divididos, enfrentados. ¡Nativa o extranjera es la misma clase obrera! La causa de la miseria, la precariedad, los despidos y de las migraciones es el imperio del capital que necesita mano de obra barata para ganar dinero. El problema no son las migraciones, es el capitalismo y solo la clase trabajadora unida y en lucha podrá mejorar la sociedad derrocándolo.