Reino Unido: estamos del lado de los de fuera

Mayo de 2025

Esta semana la BBC emite una entrevista con el ex futbolista profesional Gary Lineker. En ella, se le pregunta sobre su suspensión como presentador de Match of the Day, el año pasado, a causa de su tuit en X en el que decía que la política de asilo del gobierno era «inconmensurablemente cruel» y que el vídeo oficial de Sunak/Braverman utilizaba un lenguaje «no muy diferente al utilizado por Alemania en los años 30».

Lineker responde que no se arrepiente de lo que dijo «porque tenía razón». La ironía es que la BBC, supuestamente «neutral», que le sancionó por no ser «políticamente neutral», ¡actuaba de facto en defensa de esta política conservadora de extrema derecha!

Hoy en día, se oye mucho este discurso al estilo de los años treinta. Especialmente del otro lado del Atlántico, donde, por ejemplo, Donald Trump afirma que los inmigrantes son «criminales»… ¡sin tener en cuenta que la América moderna fue construida casi en su totalidad por inmigrantes!

Al igual que a Gary Lineker, a la mayoría de los británicos les pareció, con razón, absurdo e inhumano el plan de «deportación a Ruanda» de los conservadores. Pero Trump ha conseguido superarlo. No sólo se está deportando en cadenas a trabajadores inmigrantes estadounidenses a Colombia, etc., sino que cientos de inmigrantes, en su mayoría venezolanos, han sido enviados a la megaprisión del Cecot (Centro de Confinamiento del Terrorismo) de El Salvador. Con una sonrisa cómplice y un apretón de manos, el gobernante autocrático de El Salvador, Bukele Ortez, fue uno de los primeros de una serie de correligionarios de extrema derecha invitados al Despacho Oval para recibir el agradecimiento de Trump por su «ayuda» en este sentido.

¡La Ruanda de Cooper en los Balcanes!

Así que, en lo que respecta al discurso ultraderechista -o simplemente fascista-, no son sólo los funcionarios estadounidenses de hoy, o los conservadores como la ex ministra del Interior Suella Braverman ayer, quienes quieren tomar medidas drásticas contra los inmigrantes (¡o contra el derecho a protestar contra la matanza de palestinos por parte de Netanyahu!)
No, en efecto. Yvette Cooper, la ministra del Interior de Starmer, está siguiendo los pasos de Braverman, en sus ya frecuentes escarceos con la primera ministra italiana Giorgia Meloni. No hay que olvidar que Meloni fue miembro del neofascista Movimento Sociale Italiano, fundado en 1946 para mantener viva la memoria de il Duce, el dictador fascista Benito Mussolini. Meloni es también una buena amiga de Donald Trump…

Cooper está deseando ver cómo la racista Meloni, antiinmigrante, antiobrero, antigay, etc., ha tratado a los refugiados que consiguen sobrevivir a la traicionera travesía del Mediterráneo y desembarcan en las costas italianas…

Y parece que se ha inspirado. Porque ha anunciado que va a crear «centros de retorno a terceros países para los solicitantes de asilo rechazados». Y no importa cómo o por qué estos solicitantes de asilo puedan haber fracasado por su sistema o cualquier otro – o que el Consejo de Refugiados haya proclamado los centros como «inviable y un desperdicio del dinero de los contribuyentes» …

Los centros, nos dicen, tendrían que ser aprobados como «seguros» por la ONU. Y aunque Cooper no ha anunciado los detalles, podrían estar situados, como el propio «hub» de Meloni, en Albania, o tal vez en Macedonia del Norte, o en otro país balcánico pobre y sucio, cuyo gobierno no se sienta capaz de rechazarlo.

En cuanto a las «rutas seguras y legales», que son la única forma de poner fin a las precarias opciones de los refugiados y acabar con su explotación por parte de las bandas de contrabandistas… hasta ahora, Cooper no ha propuesto absolutamente nada.

Entonces, ¿el Papa era marxista?

Por supuesto, no es casualidad que los laboristas hayan reiterado sus políticas antiinmigración -a lo Meloni y Trump-, ya que las elecciones locales se avecinan el próximo jueves y las encuestas sugieren que el Reform de Farage podría arrebatar cientos de escaños tanto a los laboristas como a los tories. Sí, este es el nivel de alcantarilla al que se hunde la política, en manos de estos políticos degenerados que reflejan tan «bien», la decadencia del sistema capitalista en crisis.

Así que sí, fue bueno que nos recordaran la reacción de Gary Lineker ante las políticas cuasi fascistas contra los solicitantes de asilo. Al igual que fue «bueno» que los medios de comunicación no tuvieran más remedio que mencionar que el difunto Papa Francisco siempre había defendido a los refugiados y a la población de Gaza.

Por supuesto, un Papa, incluso si se sienta en la inmensa fortuna del Vaticano, no puede cambiar nada en el orden imperialista liderado por Estados Unidos hoy en día. No puede abrir fronteras ni detener una guerra. Y las urnas tampoco cambiarán nada.

Así que repitámoslo: sólo la clase obrera, organizada en su propio partido, armada con un programa político para abolir el sistema de beneficios y planificar la economía a escala mundial -eliminando completamente las fronteras- puede garantizar un futuro a la humanidad.

Estas ideas se basan, sí, en las de Karl Marx. Y no, a pesar de las muchas acusaciones, el difunto Papa Francisco no era marxista. Es sobre la base de la conciencia, reconociendo «ni dios ni amo», y mediante la lucha colectiva, como la clase obrera puede cambiar este mundo, ¡y lo hará!

Traducido de workersfight.org

22 abril 2025