Unidos contra el odio racista vomitado desde la cúpula del Estado

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 9 de junio de 2025
9 de junio de 2025

Hace un mes, el joven Aboubakar Cissé murió apuñalado en una mezquita del departamento de Gard. El sábado 31 de mayo, en el departamento de Var, un racista disparó contra sus vecinos tunecinos y kurdos, matando a Hichem Miraoui, peluquero de 46 años. Y cada día, los medios de comunicación informan de un nuevo ataque antisemita.

¿Cuántos insultos racistas, antisemitas o islamófobos hay por cada una de estas agresiones? ¿Cuántas miradas de reojo y humillaciones? Y para los musulmanes, árabes y negros, ¿cuánta discriminación sufren a la hora de encontrar trabajo o vivienda?

Hoy, el asesino de Var niega cualquier motivación racista. Pero sus mensajes en las redes sociales están llenos de vómito racista, e inmediatamente después de su matanza, reivindicó su acto, prometiendo lealtad a la bandera francesa a la manera de los terroristas.

Pues bien, ¡ahí es adonde conduce la campaña xenófoba, racista y antimusulmana que la derecha y la extrema derecha nos han estado alimentando durante meses! Incluso la lucha contra el antisemitismo se está utilizando para atizar el odio y dividir a los trabajadores. Es repugnante presentar como antisemitas a quienes se oponen a la política de exterminio de Netanyahu.

Combatir la opresión de Israel sobre los palestinos no debe, por supuesto, llevar a equiparar a todos los israelíes o a todos los judíos con los verdugos de Tel Aviv. Del mismo modo que es estúpido equiparar a los trabajadores de aquí con Macron, a los argelinos con el régimen de Tebboune o a los marroquíes con el rey Mohamed VI.

La derecha y la extrema derecha están en una sobrepuja xenófoba y securitaria permanente. La más mínima noticia sirve de pretexto para presentar a los extranjeros, a los trabajadores inmigrantes o a los musulmanes como una amenaza y un peligro.

Esta campaña, que alimenta el miedo, el rechazo y los prejuicios racistas, se emite las 24 horas del día en el canal de televisión Cnews, propiedad del imperio mediático Bolloré. Pero también cuenta con el apoyo de las más altas instancias del gobierno, con Retailleau, Ministro del Interior, como uno de sus orquestadores.

¡Y no va a detenerse Retailleau! Convertido en líder del partido LR (derecha) y, por tanto, en candidato presidencial, está en campaña electoral permanente. Cuando no está reconstituyendo la guerra de Argelia con los nostálgicos de la época de las colonias, se pone la armadura de caballero, como en los tiempos de las Cruzadas, para defender lo que él llama las raíces cristianas de Francia contra los musulmanes.

Y no son sólo palabras. Son leyes y decretos que no paran de hacer la vida imposible a los trabajadores que viven en dos países, especialmente a los del Magreb.

Al reducir las posibilidades de renovar los permisos de residencia, decenas de miles de trabajadores que tenían sus papeles en regla se encuentran sin papeles y pierden su empleo.

Decir y repetir que hay demasiados inmigrantes y que tarde o temprano habrá que devolverlos a casa confirma a los racistas. Empuja a los más violentos a la acción, con insultos, palizas y asesinatos. La xenofobia no sólo divide a los trabajadores, también mata.

En este ambiente tan caldeado, los robos y la violencia de la noche de la victoria del PSG dieron a la derecha y a la extrema derecha más pábulo para su molino. Pues sí, hay una pequeña fracción de jóvenes en los barrios populares que se dedican a la delincuencia y al tráfico de todo tipo.

Estas bandas violentas pueden llegar a arruinar la vida de toda una urbanización. Todo esto es un asqueroso desperdicio humano, pero es ante todo responsabilidad de un Estado que desprecia y pisotea a los más pobres. Es el fruto de un sistema que no ofrece a la juventud trabajadora más que explotación, desigualdad y, como premio, cada vez más racismo.

La trampa sería replegarnos en nuestras supuestas comunidades. Eso sería ir en la dirección deseada por todos esos gamberros de extrema derecha. Eso sería dividir a los trabajadores y dispersar nuestras fuerzas.

Por el contrario, tenemos que ser conscientes de nuestros intereses comunes como trabajadores y tener la voluntad de unirnos más allá de nuestras diferencias, porque la gran patronal y el gobierno nos unen en la explotación.

La única salida es unirnos en torno a nuestras reivindicaciones como explotados y permanecer unidos contra la clase capitalista, sus secuaces políticos y su sistema, que está pudriendo a toda la sociedad.

Nathalie Arthaud

Editorial de los boletines de empresas del 9 junio de 2025