La muerte de Milosevic:

abril 2006

La muerte del ex dirigente serbio Milosevic, en su celda de la prisión internacional de La Haya, ha desencadenado, además de la polémica sobre las circunstancias de su muerte, reacciones afligidas de representantes del Tribunal Penal Internacional, -creado en 1993 por la ONU para juzgar crímenes de guerra y contra la humanidad- porque "esta muerte priva a las víctimas de la justicia de la que tienen tanta necesidad".

Pero poca justicia se hubiese hecho de todos modos, porque Milosevic no estuvo solo. Incluso antes de caer en desgracia fue un dirigente con quien EEUU y otros países imperialistas, contaban para mantener el orden sobre el pueblo de esta región, y con quien aceptaron celebrar acuerdos.

Luego cayó en desgracia, pero no por los crímenes cometidos sino porque no obedecía por completo a las grandes potencias imperialistas.

Estas grandes potencias, cuyos representantes reclamaron más tarde con grandes aspavientos su juicio, tienen la responsabilidad principal en el drama vivido por el pueblo de los Balcanes. No sólo EEUU, Gran Bretaña, Francia y Alemania dejaron cometer las masacres, sino que ellos mismos organizaron incursiones aéreas y bombardeos contra civiles, destrucciones económicas sistemáticas llevadas a cabo bajo el amparo de la intervención de la OTAN, en Serbia y Kosovo en 1999, por ejemplo.

Milosevic se murió antes de haber sido condenado. Pero en cualquier caso no se habría hecho justicia puesto que las potencias imperialistas, que se apoyaron durante cierto tiempo en esta clase de criminales, tanto en Serbia como en Croacia o Bosnia, para llevar a los pueblos unos contra otros, no estaban en el banquillo de los acusados.

20/03/06