Cádiz: Lecciones de la clase obrera en lucha

Enero de 2022

La lucha por un convenio digno de los trabajadores del metal en Cádiz ha puesto de relieve el malestar, la indignación y el hartazgo de la población obrera por la degradación económica y social provocada por la crisis económica capitalista que la provincia lleva sufriendo desde hace decenas de años pero que es la misma en todo el Estado.

Una vez salidos de los confinamientos y de las medidas más extremas del tiempo de pandemia ha salido a la luz un torrente de malestar que los trabajadores y trabajadoras del metal de Cádiz han expresado en la calle. Y seguro que no va a ser un hecho aislado. Cádiz es la zona cero de las luchas obreras en los meses posteriores. Los convenios que en cascada se van a negociar van a protagonizar las protestas obreras y este malestar se va a extender mediante huelgas, protestas, manifestaciones etc.

Los resultados de una huelga

La huelga del metal en Cádiz ha mostrado la capacidad de lucha de la clase obrera cuando se une por sus reivindicaciones. Ha despertado la solidaridad en todo el Estado. Las muestras de apoyo no pararon de llegar de muchas partes, de trabajadores de otras provincias españolas, desde la Cuenca Minera de Asturias, hasta trabajadores de Galicia, también desde Argentina. El apoyo ciudadano también ha sido masivo realizándose concentraciones de solidaridad en muchas ciudades del país.

Al final el acuerdo ha consistido fundamentalmente en subidas salariales anuales del 2% – la patronal ofrecía el 0,5% y el 1,5% los años siguientes-, con una vigencia de 3 años, además en 2024, los empresarios “se comprometen a revisar” la pérdida de poder adquisitivo producida por el Índice de los Precios al Consumo (IPC) y a reembolsar el 80% de esa diferencia. Ahora sabemos que el IPC en 2021 ha terminado con una subida del 6,7%.

El acuerdo no es una victoria completa porque no se ha conseguido subir el IPC, pero si han conseguido que la patronal firme una subida por encima de lo que se ha negociado en los convenios actualmente. Pero lo fundamental es el camino a seguir que han mostrado: la lucha obrera y la solidaridad ha conseguido subir los salarios más allá de lo que hasta ahora se había pactado.

En los nuevos convenios firmados en 2021 la subida salarial se estanca en el 1,5%, frente al 6,7% del IPC actual. Además, solo el 17%, menos de un millón de trabajadores, tienen cláusula de revisión salarial con lo cual para la mayoría de la clase trabajadora solo le queda un camino, luchar por empleos y salarios dignos.

La situación de la clase trabajadora

Es en la negociación colectiva donde se expresa la situación y lucha de la clase trabajadora. Así mientras los millones de beneficios empresariales van a los accionistas de las grandes empresas, incluso en pandemia, la clase trabajadora ha tenido que sufrir los despidos, EREs, ERTEs, el desempleo, la precarización laboral y ahora la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Mientras que a la patronal se le ha pagado los salarios a través de los ERTE y subvenciones a mansalva, la clase obrera ha percibido el desempleo, pagado con dinero público, amasado con las cotizaciones de los trabajadores durante años. Por no decir los despidos individuales y colectivos que se extendieron durante los años de pandemia. 3,2 millones de personas, el 16,9% de los ocupados, pese a estar empleados, no llegan a fin de mes; el porcentaje de empleados temporales en España alcanzaba el 24,7 % a cierre de 2020. Según los datos del SEPE de mayo, la duración media de los 1.487.648 contratos que se firmaron en este periodo no llegó a los 53 días.

De ellos, uno de cada cuatro fue inferior a una semana. Los menores de 29 años firman uno de cada tres contratos temporales. A pesar de que la temporalidad se ceba con todos los grupos de edad, los menores de 29 años son los que más la sufren. De los casi cuatro millones de asalariados existentes en España en el primer trimestre del año, según la EPA, más de un 30 % pertenecen a este grupo de edad.

Pero no es la temporalidad en sí misma lo que marca el empobrecimiento de la clase trabajadora, son los salarios que pagan. Porque es la patronal la que se beneficia de pagar menos salarios con los contratos por horas, por semanas o temporales. Por ejemplo, pagan menos salarios si se contrata a trabajadores por horas o por semanas porque la hora se paga igual que si se contratara de forma indefinida. Así pueden pagar menos y con mayor flexibilidad, cuando y como quieran contratar. Pueden contratar a varias personas durante una semana por horas por lo que les cuesta un trabajador fijo. En Amazon, Delivero, etc., es moneda común…

Los puntos negros: los acuerdos y la actuación del gobierno de “progreso”

Sin embargo, el punto negro del acuerdo de CCOO y UGT con la patronal ha sido la desconvocatoria de huelga de estos sindicatos en la que han tomado las decisiones y refrendado solo por algunos delegados sindicales y sin realizar una asamblea de trabajadores general. Una vez más la burocracia sindical, las cúpulas de estos sindicatos han frenado e impedido la democracia obrera. Una vez más se constata la necesidad de que la combatividad que los trabajadores expresan se organice por medio de asambleas y en este caso del sector que agrupen a toda la clase trabajadora y decidan eligiendo comités de huelga revocables. Pero esto no ha sido posible en Cádiz.

Toda la energía de nueve días de huelga, el apoyo popular generalizado se pierde al estar dirigido fuera de la clase obrera por la burocracia sindical. Por ello es una lección que hay que aprender para el futuro de las luchas. Es necesario que haya militantes obreros que desarrollen un programa de lucha y asambleas.

El otro punto negro ha sido la actuación del autodenominado “gobierno de progreso”. Una vez más se ha constatado que el reformismo del PSOE y de Unidas Podemos es pernicioso para la clase obrera. Es más, han sido la herramienta más valiosa de la patronal al organizar la represión de la lucha. La imagen de una tanqueta arroyando una escuela pública y circulando por la barriada obrera de Río San Pedro es demostrativa de lo que es el gobierno que se dice de izquierdas.

Ni siquiera Yolanda Díaz ha tenido el valor de asistir a las manifestaciones en Cádiz y apoyar a los huelguistas. Además, ha permitido a la extrema derecha criticar al gobierno y darse el gusto de “apoyar” a los trabajadores de Cádiz. Es el problema de aquellos que apareciendo como izquierdistas no son más que oportunistas en busca de un sillón o poltrona política para después sembrar el desencanto en los trabajadores abriéndole paso a la extrema derecha.

Ante esta situación en Cádiz se ha empezado, pero el malestar saldrá a borbotones porque la explotación no tiene solución en el capitalismo: Para mantener los beneficios y sobrevivir en época de crisis como la nuestra, la patronal tiene que atacar a los salarios y las condiciones de trabajo: trabajar más, en peores condiciones, con la introducción de las nuevas tecnologías, -teletrabajo, robotización…-, etc. ¡Es la lucha de clases y será inevitable: o ellos, la patronal o nosotros los trabajadores!

EL 15 DE ENERO HABRÁ UNA MANIFESTACIÓN EN CONTRA DE LA REPRESIÓN EN LA PASADA HUELGA DEL METAL EN CADIZ.
DESDE VOZ OBRERA LLAMAMOS A TODA LA CLASE TRABAJADORA A SU ASISTENCIA