¡Para cambiar las cosas, la única salida es la lucha!

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Noviembre de 2022

El pasado 22 de Octubre tuvo lugar una manifestación en Madrid en la que miles de personas salieron a las calles en señal de protesta por el coste de la vida, por la revalorización de salarios y pensiones iguales al IPC, contra la privatización de los servicios públicos, contra los múltiples ataques que viene sufriendo el conjunto de la población y la inacción del actual gobierno de progreso.

Por el mismo motivo hay huelgas por los salarios de trabajadores, como en el transporte en Zaragoza, 600 días, y hay conflictos en numerosas empresas porque la situación es insostenible para los trabajadores.

A una gran parte de la población le resulta muy complicado llegar a fin de mes con los actuales salarios frente a un IPC máximo que ronda el 10%. Las tímidas subidas salariales que se han conseguido en algunas empresas están muy por debajo del nivel de la inflación. Ni siquiera la cacareada subida de salarios a los empleados públicos, de un 2,5% prevista para 2023, supone para éstos una mejora en la actual situación. Los salarios no suben, pero el gobierno pretende que nos conformemos con pequeñas ayudas a las familias más desfavorecidas, con bonos o con descuentos. Todo con tal de no tocar los beneficios de los empresarios. Es precisamente la población trabajadora la que más está sufriendo las consecuencias.

Sin embargo, el gobierno aquí es solo una pequeña parte del problema, la otra parte es la burguesía, las grandes empresas, los propietarios de los medios de producción. Porque nos roban doblemente: recortando nuestros salarios con la inflación y quedándose una parte de lo que producimos, con la que se enriquecen.

Por ello, esta pasada manifestación en Madrid no solo era necesaria, sino que hay que seguir adelante y tomar impulso para extender el descontento, porque la situación es insostenible para los trabajadores. Tenemos que ir contra quienes verdaderamente nos exprimen, reivindicando la equiparación salarial al IPC. En definitiva, es imprescindible que la clase trabajadora salga a las calles, y revindique lo suyo.