1982-2022: 40 Años del triunfo de Felipe González y el PSOE

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Noviembre de 2022

14 Años de felipismo, o como manipular las ilusiones de la clase trabajadora para someterla al capital

Se cumplen 40 años de la atronadora victoria de Felipe González y el PSOE. Casi 10 millones de votos lo avalaban y 201 diputados de una cámara baja de 350. El PSOE conseguía el 46% de los votos frente al 25,3% de la derecha de Fraga y sus aliados y una participación de casi el 80% del electorado.

Felipe González y su eslogan “Por el Cambio” habían creado la ilusión en la clase trabajadora española de creer que por fin después de décadas de dictadura política y económica, la sociedad española podría cambiar…, por lo menos un poquito, en favor los trabajadores, los explotados, los pobres. Su triunfo fue, para la mayoría de la población, la culminación del deseo de justicia e igualdad pisoteado históricamente por el franquismo y las clases dominantes y sus aliados de la cruz y la espada.

La noche electoral tuvo en vilo a millones de españoles que terminaron emocionados al ver que por fin, al que creían que era uno de los suyos, tomaba las riendas del gobierno. Para las clases populares, que lo llamaban Felipe, representaba la ilusión del cambio.

La creación del Servicio Nacional de Salud, la extensión de la Educación Pública, la eliminación del golpismo en el ejército o la entrada en la UE, son las migajas con las cuales se nos quiere vender la cara amable de este hacedor de engaños y “lengua de serpiente”.

Pero pronto, conforme fueron pasando los meses todo se descubrió un espejismo. González se convirtió en un buen gestor del capitalismo español privatizando miles de empresas estatales a buen precio para el capital, en aliado del imperialismo de EEUU, sus guerras y la OTAN y en un enemigo de la clase trabajadora a la cual hundió con las reconversiones industriales, la precariedad laboral, los contratos basura, el empleo temporal y su nefasto Plan de Empleo Juvenil, los despidos y toda una serie de tropelías en el mundo del trabajo. El “saneamiento”, para después venta, de las empresas estatales del INI costó al erario público un billón -con b- de las pesetas de entonces. Un ejemplo: el multimillonario venezolano y amigo de Felipe González, Gustavo Cisneros, tras la expropiación de Rumasa compró Galerías Preciados por 1.500 millones de pesetas, precio acordado por el Consejo de Ministros. El 15 de enero de 1988 vendió los almacenes a una sociedad inglesa por 30.600 millones. El saneamiento previo costó a Hacienda 48.000 millones de pesetas.

La corrupción política ligada a los negocios se desbocó desde las premisas tradicionales del capital: pagar bien a sus colaboradores y políticos. Y el GAL, terrorismo de Estado aplacó el golpismo utilizando sus mismos medios. La reacción de la clase obrera se hizo esperar hasta la huelga general de 1986, la famosa huelga general del 14D, un éxito total, en la cual hasta TVE dejó de emitir a las 12 de la noche.

Las clases dominantes españolas premiaron esa labor de 14 años, -y a todos sus gobiernos y altos miembros del Estado-, convirtiéndolo en un riquísimo magnate promotor de grandes empresas y miembro de los consejos de administración de varias de ellas. Para botón una muestra: su consultoría, Felipe González SA, obtuvo más de dos millones de euros de ingresos al año en intermediaciones en 2014.

Felipe González significa el engaño, el espejismo del socialismo español embarrado en los negocios sucios del capital y la culminación de la traición a la que la socialdemocracia nos tenía acostumbrados desde la Gran Guerra.