Mienten sobre las muertes, sobre los EPP, las mascarillas… ¡y ahora los trabajos! ¡Basta!

Print
Junio de 2020

El gobierno británico no se acerca ni mucho menos a las 250.000 pruebas diarias que Boris Johnson prometió el 25 de marzo para… ¡”muy pronto”! Mentiras como estas se remontan a mucho tiempo atrás. Acabamos de pasar por 3 años de Brexit, durante los cuales se habló sobre lo mucho mejor que estaría Gran Bretaña si se alejara de Europa. ¿Y qué obtuvimos durante esos tres años? ¡Más austeridad y más pobreza!

Con la emergencia sanitaria, las mentiras pueden haber cambiado, pero no su propósito: esconder el estado catastrófico del NHS y del sistema de asistencia social… Se nos han presentado montones de cifras, cuya principal función era sólo dar crédito a más mentiras – mientras que muchos trabajadores de la salud en primera línea protestaban sin ser escuchados. Pasó más de un mes antes de que la verdad saliera a la luz: que Gran Bretaña tenía, con mucho, el peor número de muertos después de los Estados Unidos.

Además de la salud y las vidas que se están poniendo en juego, los empleos de millones de personas están amenazados. Según el ministro Sunak, 8 millones de trabajadores se han mantenido a flote hasta este momento, y ahora podemos ver que el “plan de retención de empleo” era sólo un “plan de reducción de empleo por etapas”. El número de solicitantes de subsidios de desempleo aumentó sólo en abril en más de 850.000, pero estas cifras no se hacen públicas. Mientras tanto, el número de vacantes se está reduciendo y cada vez se habla más de rescates masivos para las industrias del automóvil y las aerolíneas, lo que aseguraría las futuras ganancias de los accionistas al facilitar una reestructuración masiva, ¡a costa de una reducción masiva de puestos de trabajo!

Sí, la mentira se ha convertido en un método de gobierno en estos días, una forma de engañar deliberadamente a la clase obrera, en un intento de engañarnos. Por eso no podemos permitirnos que este podrido sistema siga corrompiendo a la sociedad. La clase obrera puede y debe cambiarlo.

Traducido desde un artículo de Workers' Fight