El pueblo saharaui lleva años de ocupación y exilio, viviendo desperdigados y malviviendo en campos de refugiados, con grandes carencias y eso que más de 80 países reconocen a la RASD e incluso el Tribunal de Justicia de la Unión Europea reconoce que tanto el Frente Polisario es el legítimo represente del pueblo saharaui, como la legitimidad para explotar sus recursos.
Hay que recordar que España “vendió” el Sáhara, lo abandonó a su suerte y ha pasado años de brazos cruzados, incumpliendo resoluciones de la ONU que contemplan que el Sáhara es un territorio “no autónomo” del cual España es la potencia administradora, responsable de culminar el proceso de descolonización, garantizando el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Esto es así porque España colonizó el Sáhara Occidental desde 1884 hasta 1975, siendo provincia española; abandonó definitivamente el Sáhara en 1976, sin contemplar la descolonización. Ese mismo año Marruecos organizó la Marcha Verde colonizando territorios con numerosos colonos.
En sucesivas ocasiones se ha reconocido el derecho del pueblo saharaui sobre sus territorios, y desde muchas instancias, pero España nunca ha querido parar verdadera-mente los pies a Marruecos defendiendo al pueblo saharaui solo de cara a la galería. Así pues, no solo ha habido dejadez por parte de España, sino complicidad con Marruecos y sus ansias expansionistas, hasta tal punto que Pedro Sánchez dio en 2022 un viraje vergonzoso en la política tradicional de apoyo a los saharauis de los socialistas, y traicionándolos, reconoció la propuesta de Marruecos de una supuesta autonomía del Sáhara dentro de Marruecos, lo que de hecho supone aceptar la ocupación.
Las relaciones comerciales e imperialistas con el país vecino mandan, pues Marruecos aporta el sostén necesario para los intereses políticos y económicos tanto de EEUU como de España. El freno a la inmigración, el control del gas argelino, el Sahel son la moneda de cambio. Sáhara marroquí a cambio del control imperialista del norte de África.
El viraje de Sánchez y del PSOE incluso fue difícil de dirigir por militantes sencillos, de base, socialistas que siempre consideraron la autodeterminación del pueblo saharaui. Para nada importa que los activistas saharauis sean perseguidos y encarcelados por el dictador de Marruecos, que dicho sea de paso, también hostiga a los propios marroquíes que disienten de su régimen dictatorial.
En la actualidad, y un poco como siempre, el pueblo saharaui sigue abandonado a su suerte. Su situación actual es muy difícil habida cuenta de la represión y torturas que Marruecos infringe a los activistas, como se sabe e incluso recoge numerosos informes de Amnistía Internacional.
El conflicto entre Marruecos y Frente Polisario se ha intensificado desde la ruptura del alto el fuego en noviembre de 2020 y alrededor de 173000 saharauis residen en los campamentos de Tinduf, Argelia, en condiciones deplorables e incluso sin acceso adecuado a servicios básicos como el agua o atención médica.